Guardados
estaban estos versos,
extraños,
de insólita armonía,
encerrados
entre besos y flores
y la
brisa peculiar de un mundo triste.
Buscaban
perdidos el camino
que los
sacara del fondo de los huertos,
en el
monótono susurro de un suspiro
asomado a
la boca muerta del silencio.
Pasa un
instante,
en el que
las ideas brillan pálidas
como las
nubes arrastradas por el viento,
cambian
de forma, de color, de espacio,
en el
inmenso cielo,
en los
misteriosos conciertos
de las
dehesas oscuras,
murmurando
levemente
a la
traidora muerte.
Poned en
su tumba
un sol
hermoso
para que
el verso descanse
y en las
hojas caídas en el último otoño,
dibujad
las rosas que iluminen su reposo.
© Rafi
Guerra
Derechos registrados de autor
Muy bello!!!
ResponderEliminarGracias Pepa, besos.
ResponderEliminar