En tus
brazos mortales
tu calor
me envuelve
con
fuerza tenue,
cándida,
sutil.
En medio
de esa luna
con juego
de luces
tu voz
misteriosa, silenciosa,
ha venido
a dormir
siguiendo
el camino
que te
aleja de todo,
acercándote
a mí.
Quiero
que me oigas
y mi boca
te mire
y
pronuncie tu nombre
de olas
de espuma,
de rumor
de pájaros
con alas
llenas de ti.
Mi
vestido de besos
paralelo
a tu cuerpo,
y el
viento,
el viento
huyendo del cielo,
pasa a mi
lado
como si
tuviera miedo
porque te
amo.
Más allá
del otoño
arden tus
ojos
en la
fragua
de la
noche callada,
llegó la
hora de partir.
© Rafi
Guerra
Derechos registrados de autor.
Como de costumbre precioso!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Pepa, feliz tarde.
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