Me
resbaló un verso de los dedos
que
fue a parar a tus labios
y
en el susurro más callado del alma,
le
sonrío a los besos
apoyados
sobre el firme de tu pecho.
Exijo
al destino
un
regalo merecido,
en
caída libre respiro
el
perfume dulce de tu aliento.
No
existe espacio, no existe tiempo,
en
la belleza transparente de un momento.
Un
toque de queda le dice al silencio
que
no es hora de hablar,
la
hora de sentir llama a la puerta.
Con
un puñal en los dientes
esculpo
en el tronco del árbol
el
mugir del viento,
el
eco del trueno y un te quiero.
Ya
nada se escucha...
El
verso de tus labios enmudeció al sonido.
© Rafi Guerra
Derechos registrados de autor
Precioso!!!
ResponderEliminarMuchas gracias Pepa.
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