Bajo un estruendo de carraca
bebo sin arcadas un trago amargo
de dudas y recuerdos.
Agujeros de muros ruinosos
donde las nieves marchitan,
donde marchitan los labios resecos de tinta
y las bocas resecas de resecas salivas.
Méceme como espiga tierna
sobre el viento que cubre
el talle de la rosa,
como espiga que abre su fruto furtiva y libre.
Un soplo susurrante,
un aliento,
un suspiro…
y el lento compás de una caricia.
© Rafi Guerra
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